Derivado del estilo de Chateau, nace el concepto de BODEGAS TENOIRA. Desde cero, Guillermo y su padre, se embarcaron en elaborar vinos provenientes de una sola parcela de 18 hectáreas llamada Paraje de la Padorniña.
En el año 94, movidos por el convencimiento de que El Bierzo reúne unas características naturales únicas para el cultivo de la vid, compraron un viñedo viejo, completamente abandonado. Este viejo viñedo se transformó en un lugar de pastoreo y durante seis años sirvió de pasto libre para sus vacas para que la ganadería, el sector al que se han dedicado toda la vida, se sumase al proyecto.
El Paraje de la Padorniña se convierte entonces en una tierra donde albergar cepas nuevas plantadas en espaldera, aprovechando los beneficios que, tras años de pastoreo, aportaron al suelo aquellas vacas.
Así el negocio familiar, acogió a BODEGAS TENOIRA y ahora, se conjuga ganadería y agricultura, pastoreo y vid. Hablar de Tenoira es hablar de continuidad, prolongación del trabajo de la viña en la bodega. Y así nacen vinos carnosos y equilibrados; vinos que recuerdan a la vid y en los que siempre perdura la fruta.


