Con más de un siglo de trabajo en el viñedo, BODEGAS CASTRO VENTOSA siempre tuvo claro que lo que tienen sus vinos es una cuestión genética. En Valtuille, desde 1752, varias generaciones de la familia han pasado por Bodegas CastroVentosa aportando un cambio de estilo pero no de carácter. Han vivido las etapas que se han dado en el sector vitivinícola en El Bierzo y han sabido quedarse con lo mejor de cada una.

BODEGAS CASTRO VENTOSA siempre ha defendido el valor del pueblo en el cultivo de su tierra y cuando Raúl terminó enología no dejó atrás esta forma de trabajar.

Se encontró una bodega granelista y decidió apostar por otra forma de hacer vino. Se han centrado en dos formas de trabajo basadas en proteger y conservar los viñedos heredados, donde se desarrolla un perfil de vinos jóvenes y, por otro lado, en defender la identidad de cada parcela dentro del pueblo, donde, ubicadas en suelos y orientaciones distintas se dan vinos concretos, más pequeños en volumen pero no en calidad.

Hoy BODEGAS CASTRO VENTOSA ha pasado de 10 mil a 300 mil botellas que, en su mayoría, se destinan a exportación.

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